¿Quién me ha robado los sábados?

Es gallego. Del Real Madrid. Lleva gafas, barba, y casi siempre va de traje, aunque un día le vi las canillas. Su grupo favorito se llama Los Marotos. Le encanta viajar, pero más por España que al extranjero, porque le cuesta el inglés y se come peor. Dice que conocer cada pueblo es lo mejor de su trabajo. Los helicópteros le dan miedo, pero se pirra por un AVE.
Le gusta el sentido común. Todo lo demás «es un lío». Cuando algo es muy, muy, muy importante «es capital». Cuando alguien dice algo que no le gusta «es verdaderamente notable».
Un día me guiñó un ojo para no darme una respuesta. Casi no hablamos, pero nos vemos mucho. Le veo más que a mi familia, mis amigos. A veces en persona y a veces en plasma. Sobre todo, coincidimos los sábados. El día del cine, de las tortitas, del perreo de sofá y mantita, del paseo por el Retiro… Me ha robado los sábados y también un poquito de los viernes, porque cuando sabes que al día siguiente hay convención sobre fortalecimiento institucional, el cuerpo no te pide mojitos, te pide reposo.
Cada sábado cogemos un AVE para llegar a algún sitio y hablar de lo que «es capital» – mantener las Diputaciones, no dar marcha atrás en las reformas, «hacer las cosas bien»…- y de lo que es «verdaderamente notable» – fundamentalmente, que haya un señor que no quiera hablar con él y otro que le pida que se vaya-.
Tiene que ser los sábados porque el resto de la semana tiene otras funciones.
Y dices, bueno, te queda el domingo. Pero no es igual. Ya está el lunes encima y no disfrutas lo mismo. Además, todo el mundo mundial hace los planes divertidos el sábado y el domingo te toca reírte de bromas que no entiendes, y ver en instagram las fotos del amor alrededor de una paella y de los brindis en las terrazas. Yo sé que lo hacen sin maldad, sin querer, pero los demás siguen viviendo. Y ves que tus amigos se están empezando a poner morenos y que a tus amigas les brilla el pelo porque el sábado fueron a la peluquería a hacerse un tratamiento de keratina… A mi me toca doble capa de max factor y coleta.
Y no pasa nada. Yo me hago cargo de lo capital del momento. Aunque a veces, por las noches, intento calcular cuántos sábados nos quedan y luego, de la angustia, hay viernes que no me duermo.