Secuestros exprés y otras cosas que no volveré a hacer

Los periodistas políticos, como los marineros, han pisado muchos puertos, pero conocen pocos sitios – las banderolas no dejan ver el bosque-. Por la misma razón, he estado muchas veces en plazas de toros y nunca he visto uno: siempre vieron conveniente guardarlos para los mítines, no así a las vacas, que son más atentas.

Vamos a todas partes con un collar llamado acreditación que luego aparece por casa en cualquier sitio – debajo del sofá, en la lavadora, en los bolsillos de todas las cazadoras- y durante las campañas viene con nosotros una agente de la agencia de viajes, como Palmira o súper María, que, entre otras cosas, nos indica en qué momento hay que ir a hacer pis – “luego no vais a poder”- o dormir una siesta – “aprovechad ahora en el bus”- . A veces, ser periodista político se parece mucho a tener seis años.

Otras veces crees que estás en un sitio y al poner la data en el texto, alguien te corrige: “Molina de Segura fue ayer”. Recordar el número de habitación del hotel (una diferente cada día) también es misión imposible y puede pasar, perfectamente, que al subir, derrengada, para dormir cuatro horas, la llave no funcione y caigan un par de lágrimas súper justificadas.

También llega un momento en el que ya solo tengo energía para escribir la crónica y mis compañeros me tienen que cruzar la calle para evitar eso tan feo de que el periodista se convierta en noticia. Desde aquí, gracias de nuevo. A modo de ejemplo, y esto es la purita verdad, una vez, en la campaña de las elecciones andaluzas, secuestré, sin querer, a un hombre e involucré al Abc en el crimen. La cosa fue así: salíamos del hotel de Sevilla para ir a un pueblo que no recuerdo. La agencia EFE, es decir, mi amiga Patricia, dijo que iba a sacar el coche del parking y que nos esperaba fuera. Así que yo salí del hotel, abrí la puerta y me senté en el sitio del copiloto – el Abc, o sea, mi cómplice, se sentó detrás-. Al ir a tocar la radio para cambiar la música, vi un brazo peludo y empecé a sospechar. No era de Patricia. Comprobé entonces que pertenecía a un señor muy asustado que ni se atrevió a abrir la boca. Pedí perdón y salí justo a tiempo para ver a la agencia EFE haciéndonos aspavientos desde el vehículo correcto. Según Patricia, no se parecían nada, pero para mí los dos coches era igualitos (yo no conduzco, pero sueño mucho que sí).

Cuando acaban las campañas, te mueves menos, pero la verdad es que ya no duran 15 días, sino mucho más. Son un estado civil casi perenne y más fuerte que muchos matrimonios. Cada día es una batalla a brazo partido para separar la propaganda, el famoso “argumentario”, de lo importante, un proceso trabajoso que consiste en hablar con mucha gente y saber siempre a quién tienes delante: el que sabe más de lo que cuenta, el que cuenta más de lo que sabe. Los partidos son como una cena de nochebuena permanente: gente que se reúne – por una bandeja de langostinos o unas siglas- para discutir un programa político.

Ahora que lo dejo, me preocupan las secuelas. Supongo que es pronto para detectarlas todas. Están las leves, como seguir escuchando el himno del partido días después del cierre de campaña, en el metro, en la ducha… y que se van – menos mal- con el tiempo. La primera vez que nos sentaron junto a los altavoces y nos lo pusieron a toda pastilla yo quise rendirme, pero no sabía qué información querían sacarme.

Otra secuela es que la política da sed, o sea, ganas de beber. Pero no todas son malas para el organismo. Ahora me voy de vacaciones en verano con esa pequeña familia de periodistas exhaustos con los que compartía todo el tiempo que no estaba durmiendo; esa gente que siempre sabe que estrenas jersey o te acabas de cortar las puntas. Es una cuestión, sobre todo, práctica: con cualquier otra persona perdería muchas horas de sol poniéndonos al día y no podría hacer bromas sobre la mochila austriaca. Además, es difícil jugar al trivial del candidato con gente normal. 1. ¿Cuál es el Ayuntamiento con más músicos, pintores y vacas de España? 2.¿Cómo hay que negociar la PAC en Europa? 3. ¿Por dónde se va el empleo cuando el PSOE entra por la puertaaaaa? 4. ¿Lo oyen? Es…. Solución: 1. Lalín. 2. “A cara de perro”; 3. “¡Por la ventana!”. 4. “El silencio”.

Y supongo que hay algo turbio en el hecho de que los dos hombres a los que más tiempo he dedicado – con mucha diferencia- en los últimos cinco años se llamen Mariano Rajoy y Pablo Casado. Gracias al primero puse a Guisando en el mapa y entendí que la vida, a veces, puede ser un “chisgarabís”. Gracias al segundo, ahora, cuando el árbitro no pita una falta clarísima o nos saca una amarilla por la cara, grito “felón” con todas mis fuerzas.

De todas las relaciones se aprende algo.

De Rajoy, además, me queda una anécdota buenísima: cuando me llamó y yo le colgué cuatro veces seguidas sin querer, y lo riquiño que fue cuando ya le cogí el teléfono. En esta foto, del gran David Mudarra, mi cabecita está a las Mariano menos diez. Qué morriña da ver ahora aquellas melés.

Gracias por todo. Ahora a reportajear. Y a vivir (un poco).

Diario de la desescalada (Y fin)

Fase: ¡Nueva normalidad!

Hemos perdido… la primavera. Inicio y fin de la desescalada:

Pasos:

Inicio y fin del estado de alarma:

Playlist de la cuarentena: variadita, como el estado de ánimo

Paisaje durante el estado de alarma:

1. Formas de explicar un cierre: escépticos, asépticos, cariñosos y mentirosos.

2. Cabreados, conspiranoicos, delatores…

3. Ellos

4. Bares, qué lugares

5. ¡Zoom!

Vacías

Etiqueta respiraroria

Dios aprieta, pero no ahoga. Top 10 de memes y no tan memes.

1. Reales aplausos

2. Ejercicio en casa

3. Rajoy

4. Lo colgó ella en su Instagram

5. El exalcalde de Ortigueira

6. Tezanos

7. Selección natural

8. Adaptarse al medio

9. Teletrabajo

10. Los más pequeños de la casa

Observaciones/ incidencias:

1. No sé si salgo mejor. Creo que no. No he desembalado aún la esterilla de los abdominales que pedí por Amazon al principio del confinamiento y que me llegó en la sexta prórroga del estado de alarma. No he escrito ninguna novela, ni he aprendido a hacer pan. No he comido sano (para eso hay que saber cocinar) ni me ha dado tiempo a pensar – mucho menos ejecutar- una buena lista de propósitos para la nueva normalidad.

2. Me entristeció bastante que no apareciera el cocroduero. Pero haberlos haylos.

3. En mis paseos por franjas pude comprobar que Madrid está muy mal puntuada tipográficamente. Faltan un montón de tildes en los letreros, sobran comas a punta pala en los carteles y no quiero ni empezar a hablar de los apóstrofes.

4. Bailar en casa no es igual. Aunque tenga mi bola.

5. La OTAN siempre está

Deberes:

1. Hacerse con un conviviente para que cocine (yo pongo la música), una bici y una terraza.

2. Buscar a Jack (el destripador). Es un juego de mesa entretenidísimo descubierto durante el confinamiento.

Nunca choveu que non escampara, pero ahora, por favor, sentidiño

Diario de la desescalada (XVI)

Fase: 0

Pasos: 10.185

Horario: 20.50 a 22.50

Consumo de móvil: 7 horas, 49 minutos

Outfit: juvenil. Llevaba encima demasiadas prendas para salir a caminar rápido como Rajoy – parece que no, pero sudas- así que, 20 años después, he vuelto a atarme el jersey a la cintura.

Playlist:

– Try a little tenderness, Otis Redding

Blame it on the boogie, The Jacksons

Hey Joe, Jimi Hendrix

Ooh La La, The wiseguys

Brimful of Asha, Cornershop

Remember me, Blue boy

– Boys dont cry, The Cure

Losing my religion, R.E.M.

Paisaje:

1. El único que me ha mirado hoy

2. Probablemente caducado desde mucho Antes del Coronavirus

– Anocheciendo en 3…

2…

1…

Incidencias / observaciones:

– Hoy me he dado cuenta de que desde que empezó todo esto, voy más ligera porque nadie me entrega publicidad por la calle. ¿Será uno de los oficios que se extingan con el coronavirus? Yo antes aceptaba siempre, para aligerar también la jornada del repartidor, pero incluso cuando ya haya pasado lo peor, recoger propaganda parecerá un riesgo innecesario, evitable. Luego me he fijado en que la publicidad ya es distinta. Ahora todo parecen anuncios de Navidad, aunque estemos en mayo. Tienen esa ñoñería sólo tolerable cuando uno está a punto de volver a casa después de un montón de tiempo para abrazar a familiares que hace mucho que no abraza. Lloro con casi todos.

Deberes:

– Comprar huevos. La presión de la grada me hizo retrasar el momento de freír el quinto, el que tenía que salir perfecto con todos vuestros consejos, pero resulta que estas cosas caducan súper rápido. Haberme dicho.

Revista de prensa. Tengo miedo:

Diario de la desescalada (XIV)

Fase: 0

Pasos: 6.418

Horario: 22 a 23 horas.

Consumo de móvil: 8 horas, 18 minutos

Outfit: Vaqueros de una marca que ya no existe y comprados en pesetas; jersey de lunares, plumífero, raya del ojo y rímel (es sábado).

Playlist:

– Hoy no me he puesto música para escuchar un rato al pueblo. Hay una confusión total. La gente piensa que estamos en la fase 1. No he tenido valor para decirles que seguimos a 0. Puede también que pensaran que la primera es la uno y no sepan que la cuarta es, en realidad, la 5. Nunca lo sabremos.

Paisaje:

1. ¿Dónde estarán estas criaturas?

2. Pero vamos a ver

3. Otro que tal

Incidencias/ observaciones:

1. Por la calle, mi padre suele hacer juegos con las matrículas de los coches- de repente grita, entusiasmado: “¡Mira, todo números primos!”- y yo voy poniendo tildes a los letreros. Deformación profesional: él es profesor de matemáticas jubilado y yo plumilla. Estos días de paseo me he hinchado a editar rótulos, carteles y nombres de establecimientos: acentos no señalados tipográficamente, comas y mayúsculas. Hay un déficit de lo primero y un superávit de lo segundo. Pese a ser de letras purísimas, también me fijo en las matrículas, pero solo para pedir deseos si son capicúa. He detectado, no obstante, que en Madrid bautizan los locales con mucha más intención que en A Coruña. Es decir, aquí veo pocos bar “La esquina” si están en una esquina, por ejemplo -el hostelero madrileño no se rinde tan fácilmente-. Buena parte de mi paseo lo he dedicado a pensar cómo se llamaría el mío. Tras barajar varias opciones, he decidido que Anduriña. Es la canción con la que abro en los karaokes.

2. Cuando ya estaba llegando a casa un poco triste porque hoy no me había sonreído nadie (no hubo tiempo para videollamadas porque teletrabajé muchísimo), un chico me ha dicho: “¡Feliz pandemia!”. He tardado una eternidad en contestar: ¡Igualmente!”. Me ha pillado totalmente desprevenida, pero con pestañas de cine.

Deberes:

– Seguir explorando en el armario

Diario de la desescalada (XIII)

Fase: 0

Pasos: 6.075

Horario: 22.05 a 23.05 (primera vez que me escondo de la policía).

Outfit. Un cromo: jersey con bolitas, vaqueros rotos, plumífero, esos moños deshechos que a mí no me salen y la mascarilla hasta arriba por si me cruzaba con alguien (conocido).

Playlist: como si estuviera en El Barco

I want you back, Jackson five

He’s the greatest dancer, Sister sledge

Hard to handle, Otis Redding

Like sugar, Chaka Khan

– That’s the way (I like it), KC & the sunshine band

Cosmic girl, Jamiroquai

Rose rouge, St Germain

– My friend, Groove armada

So flute, St Germain

Paisaje:

– Fresquito

– ¡Censura!

– Clásicos a puerta cerrada

Incidencias / observaciones:

1. Desde que tengo y me pongo mascarilla para salir a la calle (anteayer), miro mal a los que no la llevan y que, de repente, me parecen unos irresponsables. Esto me ha hecho pensar en la violencia de los conversos. Los exgorditos que te miran mal si te pides la pasta carbonara en la cena; los que corrían delante de los grises y ahora los echan de menos; los que quemaban los bares y ahora organizan sus días libres según el calendario de maratones. Gente peligrosa los runner. Ojo. Atentos. Cuidado.

2. Al ver esto:

Inmediatamente he dicho: “Y con tu espíritu”. No voy a misa desde los 10 años, cuando se murió mi abuela Fina. Pero podría dar una, me las sé de memoria. También las valencias químicas, en las que no volví a pensar desde una época antes conocida como segundo de BUP. Me resulta curioso cómo algunas cosas que no utilizas se pegan a la memoria como un traje de buzo al cuerpo y otras que te apetecería guardar, desaparecen enseguida. Creo que escribo este diario también por eso: para registrar las renuncias. Para que no se me olvide que hubo una vez que estuve presa y disfrutar al máximo de la libertad cuando venga.

Deberes:

– dormir

Revista de prensa: Qué ternura

Diario de la desescalada (VII)

Fase: 0

Hito: Primera semana con licencia para pasear. Periodismo de datos:

Pasos: 9.220

Horario: 21 a 22.40

Outfit: vaqueros, jersey de lunares que compré el verano pasado en mercadillo de Portonovo, chaqueta suave, pelo mojado, raya del ojo (es sábado).

Playlist. Hoy pocas canciones porque me llamó mi amigo David in itinere y volvimos a jugar a arreglar el periodismo (y mi vida)

Don`t stop `till you get enaugh, Michael Jackson

Bongo Bong, Manu Chao

Feel it still, Portugal. The man

Muy tranquilo, Gramatik

Crystalised, The xx

Paisaje:

1. Como sois muchos, me he escondido un rato aquí, en la calle del Codo. En Madrid Secreto luego he descubierto que se llama así por sus escasos 75 metros de longitud y por la forma que tiene, “creando casi un ángulo de 90 grados”. El nombre se lo puso el Marqués de Grabal a principios del siglo XVIII. También cuenta que Alatriste quedó con varios para pegarse justo ahí y que Quevedo, al parecer, la utilizaba para orinar (es oscura y estrecha) cuando volvía de las tabernas de alrededor. Pero no solo eso. Cuenta Madrid secreto: “El escritor siempre elegía el mismo portal de la calle, por lo que algún vecino cansado con la situación pintó una cruz con un mensaje: «No se mea donde hay una cruz” Quevedo tuneó el mensaje: “No se coloca una cruz donde se mea». No hay forma de contrastar.

2. Primera vez que lo veo a la luz del día:

3. Ambiente… ¿navideño?

4. Promesas…

5. Y más promesas

Incidencias:

1. No os lo vais a creer, pero me he encontrado más seres queridos. Hoy iban en bici (ellos). Emoción máxima al oír gritar mi nombre en exteriores. Aquí la prueba. Saludarse con el codo. El mundo está loco, loco.

2.       Como he ido hablando con David casi todo el paseo, me he perdido y he aparecido en un sitio donde revoloteaban un montón de murciélagos. No me cabe en la cabeza que todo esto haya empezado comiéndoselos.

Deberes:

1. Alquilar una bici.

2. Aprender a cocinar todas las cosas que me han llegado hoy y que he pedido creyendo que sabía de lo que hablaba.

Revista de prensa:

Mis favoritos

Hay que ser objetiva, neutral, mantener la imparcialidad. No se debe, pero confieso que tengo favoritos. Desde hace años son los que tienen muchos más que yo. Aprendí a apreciarlos con los que me tocaron de serie: dos pares de abuelos excepcionales e interesantísimos. Luego, trabajando, he tenido la oportunidad de entrevistar a muchos, casi siempre en circunstancias duras. Por ejemplo, delante de una fosa común abierta, buscando un esqueleto con reloj, el de su padre. La gente mayor es dura, pero sabe ser tierna. Es sabia, pero humilde. Y un lujo para mi oficio: nadie tiene tanto que contar y por contar.

Mi abuela materna, Fina, se fue demasiado pronto. Yo tenía diez años y perderla es el primer recuerdo que tengo de la tristeza. Los bebés y los niños lloran mucho, pero de adulto no te acuerdas. La primera vez que miro atrás y me veo llorando es el día que me dijeron que ella se había ido “al cielo”. Y no es solo porque sus nudillos fueran la máquina de cosquillas más perfecta que existe; porque hiciera la mejor tortilla con tomate del mundo o porque su maravillosa tienda (ferretería, juguetería y lo que surja) fuera el lugar donde yo he sido más feliz en toda mi vida, sino porque tenía algo que identifiqué ya de mayor, cuando aprendí la palabra: un carisma de aquí a Finisterre.

Después fui perdiendo al resto de mis abuelos, mis dos Ángeles, el paterno y el materno, y a María Luisa. Empecé a conocer a los abuelos de otros. Me gustan mucho los niños- especialmente algunos-, y los adultos -especialmente algunos-, pero tengo debilidad por los mayores porque son los que concentran, en mayor porcentaje, las cosas que me gustan. Por ejemplo, han sido muy trabajadores, y eso siempre me ha derretido: ver a alguien esforzándose en lo que hace, sea lo que sea. Son discretos, no se gustan; a veces no hablan mucho si no insistes, pero si aciertas con la pregunta, que es una de mis sensaciones favoritas, es como descubrir una fuente de petróleo. Son tesoros escondidos, cofres por abrir. 

Entre los 47 millones de españoles asustados pienso en ellos los primeros, por razones obvias. Tienen la fuerza de la experiencia, de la acumulación de datos y vivencias, pero la debilidad física de los años. Son la generación más generosa y antes del coronavirus lo han demostrado de sobra: prestando su pensión a los hijos durante la crisis; cuidando siempre de los nietos. Abofetearía uno a uno a los que no han entendido que hay que quedarse en casa; a los que con ignorancia y soberbia – tan peligrosas ahora- siguen actuando como si esto no fuera con ellos. Como no puedo hacerlo, recuerdo el motivo para quedarse en casa por aquí: se lo debemos. A todos los que sí han entendido, y que afortunadamente son mayoría, muchas gracias por proteger a mi gente favorita.

Diario de recamPPaña. Y 9

Diario de recamPPaña. Y 9

Me despierto en… Valencia

Horas de sueño… 6.30. Media en 9 días: 6,4

Duermo en… Madrid.

Kilómetros: 355. Total en 9 días: 5.177.

Oído en la caravana:

⁃ “Yo de mayor quiero ser Pío García Escudero»

⁃ “Mañana os voy a echar de menos»

– «Mentiroso»

Oído en el mitin:

«Quiero invitaros a que metáis la mano, ahora cuando lleguéis a casa, en el buzón de vuestros vecinos y cojáis los sobres de la bandera de España [los de Vox] y los tiréis al cubo de la basura» (Miguel Tellado, secretario general del PP gallego).

– «Nos fuimos a dormir y nos dolía España» (José Luis Martínez Almeida).

– «Queridos Píos» (en mayúscula, porque Casado se refería a Pío García Escudero y compañía).

– «Sánchez se cree el sheriff» (Ana Pastor)

– «Todos los españoles son mis jefes» (Casado, como yo)

Front row… en Barcelona

El mensaje del día: Votar a Ciudadanos y a Vox es «marcarse un gol en propia meta».

El lapsus: Almeida confunde a Ángel Gabilondo… con su hermano Iñaki.

Promesas electorales: «liberaros de todos los mantras del socialismo»; «No demonizar el diésel»; ser «el bote salvavidas de España»; callar a la orquesta (del Titanic).

Los años no pasan por él… DJ Pulpo

2016 (Colón, ahora territorio Vox)

2019 (Plaza de Toros de Las Ventas)

Y mientras, en Murcia… Teodoro García Egea recita un poema. Dentro vídeo
https://twitter.com/teogarciaegea/status/1192911288843812865?s=21

Minutos musicales

Piropos electorales: “Nunca está cansado» (Ana Pastor, sobre Casado).

Desayuno: en Valencia

Comida: ¡en casa!

Cena: sándwich en Las Ventas

Lo mejor del día... Volver a ver a los amigos (aunque en condiciones extremas)

Lo peor del día… Pensar en lo que queda

Mañana: A reflexionar

Agradecimientos: A Itziar y Álvaro, esos seres del PP que responden con paciencia cuando preguntamos por enésima vez cuánto falta para llegar, y a los que pedimos «un poquito más» todas las mañanas. A súper María, de El Corte Inglés, que tuvo el detallazo de echarnos de menos desde un congreso de gente normal con horarios normales; y a todos mis compañeros: sin las cosas que he oído en la caravana estos nueve días habrían sido muchísimo más largos.

Diario de recamPPaña. Día 8

Me despierto en… Zaragoza.

Horas de sueño… ¡7.30!

Duermo en… Valencia

Kilómetros: 309

Lo mejor del día: ellos

Lo peor del día: crisis vocacional.

Oído en la caravana:

⁃ «En esa colcha hay ADN para 10 CSI»

– «Me ajunquero aquí»

– «¿A cuántas lunas está el mitin?»

Oído en la cola para entrar en el mitin:

– «Oiga, que yo soy la alcaldesa de xxx»

Oído en el mitin:

– «¡Han puesto el listón ético y estético tan alto!» (Isabel Bonig, líder del PP valenciano)

– «Más país es la forma cobardica de no decir Más España» (María José Catalá, portavoz del PP en el Ayuntamiento de Valencia)

– «Uno no es de donde nace, sino de donde pace» (Pablo Casado)

– «No os dejéis mancillar» (Casado).

– «Hay una crisis como la copa de un pino» (Casado).

– «¿Te imaginas que yo hubiera dicho que la fiscalía depende del Gobierno? Me tendría que haber ido a Nueva Zelanda» (Casado, sobre las palabras de Sánchez).

Promesas electorales: «No hacerse los simpáticos en Europa»; «comprometerse con los cítricos»; «proponer mantener la exención fiscal para los jóvenes que ganen menos de 1.400 euros al año».

Piropos electorales:

– «Teodoro García Egea es, probablemente, el murciano más importante que ha habido en la política española por su capacidad de influencia en el partido más grande de España» (Casado).

– «Es nuestro valenciano más universal después de san Vicent Ferrer: Esteban González Pons» (Bonig)

Lo que nos llega de otros partidos: Vox nos re-veta.

Desayuno: Aparentemente, en Boston, Zaragoza.

Comida: arroz frente al mar en Valencia. Aunque trabajando.

Cena: tosta cerca del hotel, es decir, de la cama.

Mañana: Madrid (cierre en la plaza de toros de Ventas)

Diario de recamPPaña. Día 7

Diario de recamPPaña. Día 7

Me despierto en… Oviedo

Horas de sueño… 6

Duermo en… Zaragoza (con escala en Barcelona).

Kilómetros: 1.212

Lo mejor del día: Ni idea.

Lo peor del día: despedirnos de María, mucho más que la guía de la caravana de periodistas.

Oído en la caravana:

⁃ «Acaba de pasar por delante el padre de nuestros hijos y ni nos ha saludado» (Era uno de los invitados al mitin que parecía sacado de un catálogo de Ermenegildo Zegna).

– «A 400 metros del hotel hay un karaoke. Ahí lo dejo».

Oído en el mitin:

– «Esto no es un acto de partido» (Pablo Casado).

– «Esto es un acto de partido» (Rosa Díez).

– «Exhumar algún resto ha llevado a alguno a querer votar con las vísceras. Que nadie caiga en esa provocación» (Luis María Beamonte, líder del PP de Aragón).

– «¡Porque yo he vivido enfrente de un trigal!» (Casado).

– «Teruel existe gracias a los gobiernos del PP» (Casado)

– «Esto os va a sonar: España no merece un Gobierno que les mienta» (Casado, parafraseando a Rubalcaba dos días después del atentado del 11-M).

– «Gracias, Pedro, por el regalo de las elecciones» (Cayetana Álvarez de Toledo)

El mensaje del día: Una di noi (Foto: David Mudarra)

Promesas electorales: «Mirar más allá de los mares»; «nada de viajar a Cuba»; no «abrazarse» con golpistas y enemigos de España.

Música y letra. Obra en el palacio de congresos que evoca uno de los mantras de Casado contra Sánchez: el «Gobierno Frankenstein». En Zaragoza es una comedia. En el discurso del PP, lo que «pone en peligro la continuidad histórica de España como nación».

La cita: De JFK, por Pablo Casado: «Los estadounidenses son libres de estar en desacuerdo con la ley, pero no de desobedecerla. En un gobierno de leyes, y no de hombres, ningún hombre, por muy prominente o poderoso que sea, y ninguna turba, por más rebelde o turbulenta que sea, tiene derecho a desafiar a un tribunal de justicia».

Oportunidad perdida…

Lo que nos llega de otros partidos:

Desayuno: mucho café (en Oviedo)

Comida: bocata in itinere saliendo de Barcelona y de salmón ahumado (papá, pescado otra vez).

Cena: por determinar en Zaragoza

Mañana: Valencia.