Fase: 0
Pasos: 6.418
Horario: 22 a 23 horas.
Consumo de móvil: 8 horas, 18 minutos
Outfit: Vaqueros de una marca que ya no existe y comprados en pesetas; jersey de lunares, plumífero, raya del ojo y rímel (es sábado).
Playlist:
– Hoy no me he puesto música para escuchar un rato al pueblo. Hay una confusión total. La gente piensa que estamos en la fase 1. No he tenido valor para decirles que seguimos a 0. Puede también que pensaran que la primera es la uno y no sepan que la cuarta es, en realidad, la 5. Nunca lo sabremos.
Paisaje:
1. ¿Dónde estarán estas criaturas?

2. Pero vamos a ver

3. Otro que tal

Incidencias/ observaciones:
1. Por la calle, mi padre suele hacer juegos con las matrículas de los coches- de repente grita, entusiasmado: “¡Mira, todo números primos!”- y yo voy poniendo tildes a los letreros. Deformación profesional: él es profesor de matemáticas jubilado y yo plumilla. Estos días de paseo me he hinchado a editar rótulos, carteles y nombres de establecimientos: acentos no señalados tipográficamente, comas y mayúsculas. Hay un déficit de lo primero y un superávit de lo segundo. Pese a ser de letras purísimas, también me fijo en las matrículas, pero solo para pedir deseos si son capicúa. He detectado, no obstante, que en Madrid bautizan los locales con mucha más intención que en A Coruña. Es decir, aquí veo pocos bar “La esquina” si están en una esquina, por ejemplo -el hostelero madrileño no se rinde tan fácilmente-. Buena parte de mi paseo lo he dedicado a pensar cómo se llamaría el mío. Tras barajar varias opciones, he decidido que Anduriña. Es la canción con la que abro en los karaokes.

2. Cuando ya estaba llegando a casa un poco triste porque hoy no me había sonreído nadie (no hubo tiempo para videollamadas porque teletrabajé muchísimo), un chico me ha dicho: “¡Feliz pandemia!”. He tardado una eternidad en contestar: ¡Igualmente!”. Me ha pillado totalmente desprevenida, pero con pestañas de cine.
Deberes:
– Seguir explorando en el armario